domingo, 28 de febrero de 2010

Cruje la tierra, rueda hecha pedazos - de JOSÉ MARTÍ



Cruje la tierra, rueda hecha pedazos
La ciudad, urge el miedo a la concordia.
Siervo y señor confúndense en abrazos:
Bosques las calles son, bosques de brazos
Que piden al Señor misericordia.

La soberana espira bambolea,
El pórtico corintio tiembla luego,
Vota y jura la gente, el suelo humea
Y sobre el llanto y el pavor pasea
De torre en torre el misterioso fuego.

¿Quién es, quién es? ¿quién puede en un minuto
Revolcar en su polvo a las ciudades,
Trocar al hombre en espantoso bruto,
Echar la tierra sobre el mar enjuto,
Aventar como arena las edades?

Ya vuelve, ya adelanta, crece, oscila
El suelo como un mar, se encrespa, ruge.
Hincha el lomo, entreabre la pupila,
Cuanto quedaba en pie rueda o vacila:
Ya se apaga, se extingue, ronca, muge.

La ciudad, como un árbol, se deshoja,
Cortados a cercén vuelan los techos,
Se abre la tierra blanda en cuenca roja
Y a las madres, del mundo en la congoja
Se les seca la leche de los pechos!

Salta una novia de la alcoba nueva
Donde el naranjo fresco florecía:
Muerta a su espalda el novio se la lleva:
Párase, ve el horror, en negra cueva
Rompe el suelo a sus pies, y a ella se fía.

Abatido el poder, pálido el mando,
El más bravo allí trémulo ejemplo
De pavura mortal: huye llorando
Un clérigo infeliz: danzan temblando
Sobre el altar los santos en el templo.

Al lívido reflejo de las luces
Vese allí un pueblo orando por sus vidas,
Unos a rastras van; otros de bruces
Piden merced a Dios, junto a las cruces
De las torres magníficas caídas.

Todos quieren vivir: ¡mas se ha notado
Que no hay uno allí que ve de más la vida;—
Uno en el pueblo entero!—un desterrado
Que a anodadar su cuerpo quebrantado
A las torres y pórticos convida.

Setiembre [1886]

4 comentarios:

Patricia M. Sartor dijo...

Grande el poeta que supo retratar un momento increíblemente doloroso, como es el de los terremotos. Retrato del instante en que nadie sabe qué es, sólo un deseo en sus mentes se instala: VIVIR...

En esos instantes surge el sentir del ser humano, lo que verdaderamente es, en la paradoja del destino, del que ora en un templo de cruces rotas mientras un clérigo infeliz huye llorando...
Por un instante, se me ocurre, nadie es más que otro, pero cuando el terremoto cesa, las diferencias retornan: el que más tiene se muda a su segunda residencia y el que poco tenía, espera en la calle, sobre el material roto de un puente, que pase alguien y lo auxilie...

Es ese el momento triste en que los que menos tienen se solidarizan con los que están como ellos mientras otros... los que tienen segundas residencias, toman su caldo caliente y se recuestan a descansar por las "penurias" sufridas...

Una y otra vez lo mismo...
siempre
¿será siempre así?
por favor, que alguien me diga que no...

El Drac dijo...

La pluma incomparable de José Martí, pintando con todos sus matices lo que le acaba de suceder al pueblo hermano de Chile, nuestra solidaridad para con los hermanos chilenos. Un abrazo a todos

BB dijo...

Gracias por recordarnos al poeta en este tiempo tan necesario donde la tierra esta crujiendo, definitivamente la esencia del ser humano ( buena o mala) sale a la luz en momentos como este.

Linda entrada, me encanta que sean más seguidas, te sigo leyendo

Un abrazo
BB

Dylan Forrester dijo...

Interesante poema, una de sus líneas me ha puesto a pensar que sólo en la desgracia la gente recién se acuerda de Dios y algunos ni siquiera apesar de ello.
Buen blog.

Saludos...